En el legado de Darío Enrique Zañartu Martineau perdura un amor inquebrantable que ilumina caminos de coraje y resiliencia. Honremos su memoria con gratitud, nutriendo la paz interior que nos impulsa a seguir adelante, abrazando cada día como una oportunidad para sembrar esperanza y amor incondicional en nuestro propio sendero.
Su oficio religioso se efectuó ayer, a las 11:00 horas, en la parroquia Virgen del Carmen, Las Carmelitas, Viña del Mar.