Que la luz del amor eterno que Yola Burnier de Meyer sembró en su vida siga brillando en cada corazón, recordándonos el poder del coraje y la resiliencia. En cada amanecer, encontremos la gratitud por la vida que nos regala nuevas oportunidades para crecer y ser mejores. En los momentos de oscuridad, recordemos que la paz interior es nuestra fuerza más grande. Sigamos adelante con valentía, sabiendo que el amor siempre prevalece y que la esperanza nos guiará en nuestro camino. Que su legado nos inspire a vivir con pasión y compasión.
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16 de abril de 2024