En el jardín del recuerdo, florecen las semillas de amor y gratitud sembradas por Willy. Su coraje y resiliencia continúan inspirando cada amanecer, recordándonos que la paz interior es el regalo más preciado. En cada suspiro, encontremos la fuerza para abrazar la vida con esperanza y bondad. Que su legado nos guíe en la oscuridad, recordándonos que la luz del amor siempre encuentra su camino. En cada paso que demos, encontremos consuelo en el amor compartido y en la certeza de que su espíritu perdurará en nuestros corazones para siempre.
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2 de noviembre de 2019