Que la memoria de Víctor Hugo Hidalgo Salinas sea un faro de amor inquebrantable, una llama de coraje que encienda nuestros corazones hacia la resiliencia. En su honor, cultivemos la gratitud por cada amanecer y abracemos la paz que solo el amor verdadero puede traer. Que en cada paso, en cada suspiro, encontremos fuerza para seguir adelante con la esperanza como brújula y la solidaridad como guía. Que su legado nos recuerde que incluso en la oscuridad más profunda, la luz de la humanidad puede brillar con intensidad y renovarnos con bondad y compasión.
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13 de junio de 2019