Que la luz del amor que Sylvia sembró en cada corazón siga brillando con coraje y resiliencia, recordándonos la gratitud por su legado. Que en la serenidad de sus recuerdos encontremos el consuelo y la fuerza para abrazar la vida con esperanza y paz, sabiendo que su espíritu perdura en nosotros. Que su partida sea un recordatorio de valorar cada instante, de regar con amor cada semilla de bondad y compasión que florezca en nuestro camino. Que en cada amanecer encontremos un motivo para seguir adelante con bondad y esperanza en nuestros corazones.
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30 de enero de 2020