En el legado de Sonia Duhalde Heufemann perdura un faro de amor inquebrantable, sembrando semillas de coraje y resiliencia en nuestros corazones. Que su luz ilumine nuestro sendero, recordándonos la belleza de la gratitud y la serenidad en tiempos turbulentos. Que cada suspiro sea un tributo a su espíritu indomable, inspirándonos a abrazar la vida con valentía y compasión. En cada latido de nuestro ser, encontremos la fuerza para seguir adelante con esperanza, nutriendo la llama de la paz interior que nos guía en la oscuridad. Que su memoria sea un bálsamo de amor eterno.
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6 de mayo de 2020