Que la luz del amor que Sonia compartió brille en nuestros corazones, inspirándonos a abrazar la vida con coraje y gratitud. En su memoria, recordemos su resiliencia y la paz que encontró en los momentos difíciles. Sigamos adelante con esperanza, sabiendo que su espíritu vive en cada acto de amor y generosidad. Que su legado nos guíe a valorar cada instante y a ser compasivos con nosotros mismos y con los demás. Honremos su vida con la certeza de que el amor perdura más allá de la despedida, siempre presente en nuestra existencia.
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7 de enero de 2020