En el legado de Sergio Concha Poblete perdura un faro de amor inquebrantable, una llama de coraje que ilumina nuestros caminos. Su resiliencia nos susurra al oído que, en medio de la adversidad, florece la esperanza. Recordémoslo con gratitud, honrando su espíritu valiente que nos invita a abrazar la vida con renovado fervor. En cada amanecer, en cada suspiro, encontremos la paz que anhelamos, y sepamos que, aunque ausente en cuerpo, su luz sigue brillando en nuestras almas. Sigamos adelante, inspirados por su ejemplo, y vivamos cada instante con la certeza de que el amor perdura para siempre.
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3 de febrero de 2020