En el jardín de la vida, cada pétalo caído es un recuerdo eterno que embellece nuestro camino. Que la luz que irradiaba Óscar Abraham Guerra Flores siga iluminando nuestras almas, recordándonos que en la fragilidad encontramos la verdadera fortaleza. Cultivemos la gratitud por haber cruzado caminos con él y abracemos la vida con amor y esperanza, sabiendo que en cada desafío reside la semilla de una nueva oportunidad. Que su memoria sea un susurro de paz en nuestras tormentas, recordándonos que la humildad y la serenidad son el pilar de la verdadera grandeza.
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25 de mayo de 2019