En el amor eterno que Sara Elvira irradiaba, encontramos la fuerza para abrazar la vida con gratitud y coraje. Que su memoria sea un faro de esperanza y resiliencia, recordándonos que en cada amanecer hay un nuevo comienzo lleno de paz. En su legado encontramos la inspiración para ser compasivos, valientes y agradecidos, abriendo nuestros corazones al amor incondicional que ella nos enseñó. Que su luz siga brillando en nuestros caminos, recordándonos que incluso en la oscuridad más profunda, siempre habrá un destello de esperanza que guíe nuestro sendero.
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25 de enero de 2020