En el jardín de la vida, las raíces profundas de Ruth Valdés López florecen en el recuerdo eterno, guiándonos con humildad a abrazar cada instante con amor y serenidad, recordándonos que la esperanza es la luz que nunca se apaga. Que su legado sea la brújula que nos aliente a seguir adelante, sembrando semillas de bondad y compasión en el camino, con la certeza de que en cada amanecer encontraremos un nuevo motivo para sonreír y creer en el poder transformador del amor incondicional. Que su memoria sea un faro de esperanza en nuestro caminar.
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14 de mayo de 2019