En honor a Rosario Leighton Vargas, recordemos que en cada amanecer hay una nueva oportunidad para abrazar con valentía la vida, cultivar el amor y la gratitud en cada paso, y abrazar la paz interior que nos guía en tiempos de tormenta. Que su legado de resiliencia nos inspire a seguir adelante con esperanza, recordando siempre que la luz más brillante brilla desde los corazones que saben transformar el dolor en fuerza, la tristeza en empatía, y el vacío en una profunda conexión con la existencia. Sigamos el sendero con humildad y corazón, sabiendo que cada esfuerzo y cada lágrima son semillas de un jardín de amor y esperanza que florecerá en el tiempo.
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27 de mayo de 2020