En el recuerdo de Rodrigo Irarrázabal Videla, que su coraje nos inspire a abrazar la vida con gratitud y amor incondicional. Que su legado de resiliencia sea la luz que ilumine nuestros caminos en los momentos de oscuridad, recordándonos que la paz interior es un tesoro invaluable. Sigamos adelante con la esperanza en nuestros corazones, sabiendo que cada día es una oportunidad para crecer y compartir bondad con el mundo. En honor a su memoria, cultivemos la fuerza interior para enfrentar los desafíos con valentía y compasión. Que su espíritu perdure en nosotros, guiándonos hacia un futuro lleno de promesas y posibilidades.
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20 de mayo de 2024