En honor a René Vega Gajardo, recordemos que en cada amanecer encontramos fuerza para abrazar con gratitud la vida que aún nos espera. A través del amor inquebrantable que nos une, descubrimos la belleza de la resiliencia y el coraje para enfrentar cada desafío con esperanza. En cada lágrima derramada, florece la semilla de la paz interior que nos guía en la oscuridad. Que su legado nos inspire a valorar cada instante, a abrazar con ternura nuestras cicatrices y a seguir adelante con la certeza de que la luz siempre regresa a iluminar nuestro camino.
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6 de junio de 2020