Que la luz del amor que René Augusto Chateau Spencer sembró en cada corazón siga brillando con coraje y resiliencia, recordándonos la belleza de la gratitud y la fuerza de la paz interior. En su memoria, abracemos la vida con valentía, nutriendo nuestras almas con amor incondicional y esperanza eterna. Cada paso que demos, cada palabra que pronunciemos, sea un tributo a su legado de bondad y compasión. Que su espíritu nos inspire a cultivar la luz en nuestro ser y compartir su resplandor con el mundo, guiándonos hacia un mañana lleno de esperanza y renovación.
Publicado en el archivo
26 de octubre de 2019