En la sinfonía de la vida, recordemos a Ramón Subercaseaux Donoso como un acorde de amor, coraje y gratitud. Su legado nos enseña la resiliencia ante las adversidades y la bondad en cada paso que damos. Que su memoria sea un faro de paz en medio de la tormenta, recordándonos que, incluso en la oscuridad, la luz del amor y la esperanza nunca se apaga. Sigamos adelante con valentía, nutriendo nuestros corazones con la semilla de la gratitud y el anhelo de un mañana mejor. ¡Que su ejemplo nos guíe en el camino hacia la paz interior!
Publicado en el archivo
16 de abril de 2020