Que la memoria de Rafael Prieto Franzoy sea un faro de amor inagotable, un eco de coraje en tiempos difíciles, una lección de resiliencia ante la adversidad. Que su legado sea una fuente eterna de gratitud por las sonrisas compartidas y las lecciones aprendidas. Que en su partida encontremos la paz que solo el amor verdadero puede brindar, y que su luz ilumine nuestro camino, recordándonos que en cada amanecer hay nuevas oportunidades para amar, para ser valientes, para crecer. Que su espíritu guíe nuestros pasos con esperanza y bondad.
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3 de enero de 2024