En memoria de Rafael Ortiz Navarro, recordemos que en cada amanecer se esconden destellos de amor y coraje que nos impulsan a seguir adelante con gratitud en el corazón. Que la resiliencia sea nuestra fuerza y la paz nuestro refugio en los momentos de adversidad. Cada lágrima derramada se convierte en un río de esperanza que nos guía hacia un nuevo horizonte lleno de posibilidades. Sigamos el camino con valentía, honrando su legado con cada paso que damos. En su memoria, sigamos sembrando semillas de amor y cosechando flores de esperanza.
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25 de abril de 2020