En el legado de Patricia Diana Lifschitz Gidansky perdura un faro de amor inquebrantable, un eco de coraje que inspira resiliencia, una melodía de gratitud que abraza el alma y una cálida brisa de paz que reconforta el corazón. Que su luz guíe a todos los corazones afligidos hacia la esperanza, recordándoles que cada amanecer es una oportunidad para abrazar la vida con valentía y ternura. Que el amor que sembró florezca en cada acto de bondad, y que su legado ilumine el camino hacia un mañana lleno de promesas y sueños renacidos.
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27 de marzo de 2024