En la luz de su recuerdo, florece la esperanza como un suave abrazo, recordándonos que en la fragilidad de la vida también habita la fortaleza. Que el amor que sembró Olga perdure en nuestros corazones, guiándonos con coraje en los momentos de adversidad y con gratitud en la abundancia. Que su ejemplo de resiliencia nos inspire a seguir adelante, sabiendo que en cada amanecer hay una oportunidad para encontrar paz y renovar la fe en el mañana. Que su legado nos enseñe que el amor es eterno y que la esperanza es nuestra luz en la oscuridad.
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24 de agosto de 2019