En el legado de Odette Henry Darricades perdura un testimonio de amor inquebrantable, coraje para enfrentar desafíos, resiliencia para sobreponerse a la adversidad, gratitud por las pequeñas alegrías y paz que trasciende el tiempo. Que su ejemplo ilumine nuestro camino, recordándonos que en cada amanecer hay renovadas oportunidades para abrazar la vida con entrega y esperanza. Que en los recuerdos compartidos y en los sueños por cumplir encontremos consuelo y motivación para seguir adelante, sabiendo que el amor perdura, la fuerza interior nos sostiene y la paz interior nos guía.
Publicado en el archivo
4 de junio de 2019