En el legado de Mina Quevedo Chávez, florece un jardín de amor y gratitud que ilumina nuestros caminos con su resplandor. Que su coraje y resiliencia sean la brújula que orienta nuestros pasos en los momentos de oscuridad, recordándonos que la paz habita en nuestro interior. Sigamos adelante con el corazón rebosante de esperanza, sabiendo que cada amanecer nos brinda la oportunidad de abrazar la vida con renovado fervor. Honremos su memoria cultivando la bondad en cada acto, y así su luz perdurará en nuestros corazones por siempre.
Publicado en el archivo
10 de marzo de 2020