En la suave brisa del recuerdo, florece la eternidad de Martín, cuya luz brilla en cada sonrisa que regalamos al mundo. Que su legado de humildad y serenidad inspire nuestros pasos, recordándonos que en cada amanecer hay la promesa de un nuevo comienzo, lleno de amor y esperanza. Que su memoria sea el faro que guíe nuestros corazones hacia la paz interior y la gratitud por cada instante vivido. En cada latido, en cada suspiro, encontremos la fuerza para abrazar la vida con valentía y bondad. ¡Que su luz siga brillando en nosotros!
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20 de mayo de 2019