En el legado de Marina Enriqueta Barraza Jorquera encontramos la luz del amor inquebrantable que nos guía en la oscuridad, la fortaleza del coraje que nos impulsa a seguir adelante y la resiliencia que nos enseña a renacer de las cenizas. Recordemos con gratitud su espíritu noble y su corazón bondadoso, y abracemos la paz que nos regala su memoria. Que cada amanecer sea una oportunidad para honrar su legado, llenando nuestros corazones de esperanza y recordando que, en cada desafío, reside la fuerza para seguir adelante con valentía y determinación.
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22 de abril de 2020