En el jardín de la vida, cada pétalo de amor que sembramos florece en recuerdos eternos. Que la luz de tu coraje ilumine el sendero de quienes te amaron, inspirando resiliencia y gratitud en sus corazones. En el rincón de la memoria, tu paz perdura como un faro de esperanza, recordándonos que en la fragilidad reside la verdadera fortaleza. A través de la melancolía y la alegría, tu espíritu perdura, tejiendo un tapiz de amor inquebrantable. Que tu legado nos guíe hacia un mañana lleno de bondad y renovación, donde la luz de tu alma brille eternamente.
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2 de marzo de 2020