Que la memoria de Mariana Oliva Valenzuela nos inspire a abrazar cada día con amor inquebrantable, afrontar los desafíos con coraje renovado, y florecer en la resiliencia más profunda. Que su legado nos guíe hacia la gratitud por cada instante vivido y nos enseñe a encontrar paz en los momentos de turbulencia. A través de su luz, aprendemos que incluso en la oscuridad más densa, siempre hay un destello de esperanza brillando en lo más profundo de nuestro ser, recordándonos que la vida es un regalo que merece ser vivido con pasión y propósito.
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2 de enero de 2024