En el legado de Mariana Flórez de Rosselot perdura un aura de amor eterno, un tesoro de coraje infinito y una lección de resiliencia inquebrantable. En su memoria, abracemos la gratitud por cada amanecer, mantengamos viva la chispa de la esperanza y cultivemos la paz interior que nos guíe a través de la tormenta. Recordemos que en los momentos oscuros brilla más intensamente la luz del amor, mostrándonos el camino hacia la calma y la fortaleza. Sigamos adelante con valentía y consciencia, honrando su ejemplo y nutriendo nuestro espíritu con bondad.
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14 de mayo de 2024