En memoria de Margarita Molina de Quezada, recordemos que el amor y la gratitud son semillas que ella sembró en cada corazón. Su coraje y resiliencia iluminan nuestro camino, recordándonos que la paz interior es un regalo precioso que debemos cultivar. Con cada amanecer, abracemos la vida con esperanza y valentía, sabiendo que su legado perdura en los lazos que nos unen. Que en los momentos de oscuridad, encontremos luz en su recuerdo, y en el abrazo cálido del amor. Sigamos adelante con fe y compasión, honrando su memoria con cada paso que damos.
Publicado en el archivo
4 de septiembre de 2019