En cada amanecer, el amor de Margarita brilla como un faro de esperanza, recordándonos que el coraje y la gratitud son semillas que florecen en los corazones valientes. Su resiliencia nos invita a abrazar la vida con ternura y fe inquebrantable, encontrando paz en los recuerdos que iluminan nuestro camino. Que su legado nos inspire a cultivar la bondad en cada gesto, y a abrazar con valentía los desafíos que se presentan, recordando que el amor perdura más allá del tiempo y del espacio. Que su luz siga guiando nuestros pasos con dulzura y fortaleza.
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8 de enero de 2024