En la suave brisa del recuerdo, que el amor y la gratitud que nos legó Marcela Leonor Barrionuevo Arroyo nos guíe hacia la paz interior. Recordemos su coraje y resiliencia como faros de esperanza que iluminan nuestro camino con la promesa de un mañana más luminoso. Que cada lágrima derramada se convierta en semilla de fortaleza, regando el jardín de nuestras almas con la promesa de un nuevo amanecer. Sigamos adelante con la certeza de que en los momentos de oscuridad, su luz brillará en nuestro interior para recordarnos que el amor perdura más allá de las palabras.
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28 de agosto de 2019