En el jardín de la vida, el amor de María Valentina Moreno de la Fuente florece eternamente, recordándonos que la resiliencia y la gratitud son semillas que germinan la esperanza. Su coraje ilumina nuestros caminos, invitándonos a abrazar cada día con paz en nuestro corazón. En su memoria, que encontremos consuelo en la belleza de los recuerdos compartidos, y que sigamos adelante con la certeza de que su luz brilla en cada estrella del firmamento. En la sinfonía de la existencia, su espíritu perdura, recordándonos que el amor es eterno y que nunca estamos solos.
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23 de marzo de 2020