En memoria de María Teresa Fuenzalida de Correa, su luz perdura en nuestras almas, recordándonos que el amor y la gratitud son semillas de esperanza eterna. Que su coraje nos inspire a abrazar la resiliencia en los momentos oscuros, encontrando paz en la certeza de que cada amanecer ofrece nuevos horizontes de oportunidad. Sigamos adelante con la certeza de que el amor que compartimos con quienes partieron permanece como guía y compañía en nuestro caminar. Que su legado sea el eco de bondad que nos impulse a vivir con propósito y generosidad.
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25 de mayo de 2020