En el jardín de la vida, cada flor que se marchita deja semillas de amor eterno que florecen en el alma de quienes la recuerdan con gratitud. Que la luz de María Luz Peralta Toro de Alvear ilumine nuestro camino hacia la paz interior, recordándonos que en la serenidad de su memoria encontramos la fuerza para abrazar con humildad el presente y mirar al futuro con esperanza renovada. Que su legado de bondad y compasión nos inspire a cultivar cada día la semilla del amor incondicional, recordando que en la sencillez radica la verdadera grandeza del corazón.
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10 de mayo de 2019