En memoria de María Luisa Amesti Valenzuela, recordemos que en cada amanecer hay oportunidad para abrazar con gratitud la vida, con coraje enfrentar los desafíos y con amor sembrar esperanza en cada corazón. Que su legado de resiliencia nos inspire a seguir adelante, a valorar cada momento con profunda paz interior y a cultivar la bondad en nuestras acciones diarias. En su honor, mantengamos viva la llama de la esperanza, recordando que incluso en la oscuridad más profunda, siempre hay luz capaz de iluminar nuestro camino. ¡Sigamos adelante con fe y amor!
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5 de enero de 2020