En memoria de María Lorenza Arriagada Rodríguez, recordemos que el amor infinito que sembró en nuestras vidas sigue floreciendo en cada acto de generosidad y bondad que compartimos. Que su coraje nos inspire a enfrentar los desafíos con valentía y determinación, recordando siempre que en cada dificultad y en cada lágrima hay una oportunidad para crecer y sanar. Que la resiliencia que nos enseñó nos lleve a levantarnos una y otra vez, con gratitud por cada momento vivido y con la certeza de que la paz interior es el camino hacia la plenitud.
Publicado en el archivo
9 de febrero de 2020