En el corazón eterno de María José Fernández Montaner, vive un legado de amor y gratitud que nos inspira a abrazar la vida con coraje y resiliencia. Que su luz ilumine nuestros caminos, recordándonos que en la paz interior encontramos fuerza para seguir adelante con esperanza, sabiendo que cada día es una oportunidad para amar incondicionalmente y ser agradecidos por las pequeñas bendiciones que adornan nuestro sendero. Que su memoria sea un faro de amor y bondad, guiándonos en nuestros momentos de oscuridad hacia la serenidad y la alegría de vivir plenamente.
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25 de marzo de 2024