Recordemos a MARÍA ISABEL OSSA BEZANILLA DE PÉREZ con amor y gratitud en nuestros corazones. Su coraje y resiliencia brillan como ejemplo de luz en la oscuridad, recordándonos que la paz interior es un regalo precioso. Sigamos adelante con valentía y esperanza, sabiendo que cada día es una oportunidad para amar y ser amados. Que su legado nos inspire a abrazar la vida con pasión y compasión, encontrando consuelo en los recuerdos y fuerza en el presente. En cada latido, en cada suspiro, MARÍA ISABEL vive en nosotros, guiándonos con su amor eterno.
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9 de marzo de 2024