En el amor profundo y el coraje que María Inés irradiaba, hallamos fortaleza para abrazar la vida con resiliencia y gratitud. Su luz perdura en nuestros corazones, recordándonos que en cada amanecer hay promesas de paz y esperanza. Que su legado de generosidad y valentía nos inspire a transitar el camino con fe y bondad, sabiendo que en la oscuridad siempre habrá destellos de luz. Que el recuerdo de su amor incondicional nos guíe en la senda de la vida, recordándonos que cada momento es una oportunidad para sembrar semillas de amor y esperanza.
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16 de julio de 2019