En el legado de María Elizabeth Vera Guerrero, recordamos la fuerza de su amor inquebrantable, la valentía de su espíritu, la resiliencia de su alma, la gratitud por cada instante y la paz que irradiaba. Que su luz siga guiándonos a abrazar la vida con pasión, a enfrentar desafíos con determinación y a cultivar la esperanza en cada amanecer. En su memoria, encontramos inspiración para vivir con propósito, para amar con generosidad y para abrazar la belleza de cada momento. Que su amor perdure y nos recuerde que en el amor genuino, encontramos la verdadera paz.
Publicado en el archivo
21 de abril de 2020