En el jardín de la memoria de María Eliana, florecen los susurros de amor y coraje, las semillas de resiliencia y gratitud, y los pétalos de paz eterna. Su luz brilla en cada corazón que anhela sanar y seguir adelante, recordando que los amaneceres traen consigo nuevas oportunidades de amor y esperanza. Que su legado nos inspire a abrazar la vida con valentía y compasión, a cultivar la gratitud por cada instante vivido, y a encontrar la serenidad en medio de la tormenta. En cada latido, en cada suspiro, su espíritu vive, guiándonos hacia un mañana lleno de promesas y sueños renovados.
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29 de diciembre de 2019