En el legado de MARÍA ELENA FUENTES CAMPOS perdura un rayo de amor eterno, un canto de coraje que inspira resiliencia y gratitud en nuestros corazones. Que su memoria nos guíe hacia la paz interior y la esperanza renovada, recordándonos que en cada amanecer hay un abrazo de luz esperando por nosotros. Honremos su espíritu con cada paso que damos, con cada risa compartida y lágrima sanada. Que su recuerdo sea nuestro faro en las noches oscuras, recordándonos que el amor es eterno y que la vida, aunque frágil, es un regalo precioso lleno de posibilidades.
Publicado en el archivo
4 de abril de 2024