Con valentía y gratitud en el corazón, María Cristina Mella Aravena brilló con su luz única en este mundo. Su legado de amor y resiliencia perdurará, recordándonos que cada amanecer es una oportunidad para abrazar la vida con esperanza y paz. Que su memoria nos inspire a abrazar cada día con coraje y gratitud, sabiendo que el amor que compartimos perdura más allá de la vida terrenal. Que en su recuerdo encontremos fuerza para seguir adelante, sabiendo que el amor es eterno y que la esperanza nos guía hacia un mañana lleno de posibilidades.
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7 de febrero de 2020