En el legado de María Clemencia Baldich Arancibia encontramos un faro de amor inquebrantable que ilumina nuestros caminos, recordándonos la importancia de abrazar la vida con coraje y gratitud. Su ejemplo de resiliencia nos invita a cultivar la esperanza en nuestro interior, sabiendo que en cada desafío hay una oportunidad para crecer. Que su memoria nos inspire a abrazar cada día con serenidad y compasión, recordando que en cada amanecer hay un nuevo comienzo lleno de posibilidades. Que su luz perdure en nuestros corazones, guiándonos hacia un futuro lleno de amor y paz.
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2 de febrero de 2024