En el legado de María Amelia Barros Larraín encontramos el amor inquebrantable que alimenta la esperanza, el coraje que enfrenta los desafíos con valentía y la resiliencia que nos impulsa a seguir adelante. Que su ejemplo nos inspire a cultivar la gratitud por cada nuevo amanecer y a buscar la paz en los momentos de tribulación. Recordemos que la vida es un regalo preciado, y que en cada paso podemos hallar la fuerza para perseverar con bondad y compasión. Que su memoria sea luz en nuestro camino, recordándonos siempre que el amor y la esperanza nunca se desvanecen.
Publicado en el archivo
15 de febrero de 2024