En honor a María Aída Hayes Saldías, recordemos su legado de amor incondicional, su coraje ante la adversidad, su resiliencia inquebrantable, su gratitud por las pequeñas alegrías y su búsqueda constante de paz interior. Que su memoria nos inspire a abrazar la vida con valentía, a cultivar la esperanza en tiempos de incertidumbre y a encontrar belleza en cada amanecer. Que cada latido del corazón nos recuerde el poder transformador del amor y la fuerza silenciosa de la paz. Sigamos adelante, llevando en nuestro ser el fuego eterno de la esperanza y la luz de la gratitud.
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20 de diciembre de 2019