En el jardín de la vida, las flores que plantamos con amor y esperanza nunca mueren, solo se transforman en eternos recuerdos que iluminan nuestro camino con la serenidad y humildad que Mónica Dolores Costa Del Campo nos enseñó. Que su legado nos inspire a seguir cultivando momentos llenos de bondad y gratitud, recordando siempre que en la oscuridad más profunda, la luz del amor propio y la fe resplandecen con la fuerza de mil soles, guiándonos hacia la paz interior y la plenitud del alma. ¡Siempre en nuestros corazones, brillando como una estrella en el universo infinito!
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16 de mayo de 2019