En el legado de Álvaro Urenda Panadero perdura un canto de amor y coraje que nos invita a abrazar la resiliencia con gratitud. Que su luz siga iluminando nuestros caminos, recordándonos que en cada desafío late la oportunidad de crecer. En momentos de incertidumbre, abracemos la esperanza con el corazón tranquilo, sabiendo que la paz es el refugio de los valientes. Sigamos adelante con la certeza de que el amor es nuestra fuerza más poderosa, capaz de transformar la oscuridad en luz. Que su memoria sea un faro de inspiración en nuestras vidas.
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21 de agosto de 2019