En el legado de Luis Orlando Briceño Soto perdura un canto de amor que nos invita a abrazar con coraje cada nuevo amanecer. Su resiliencia nos enseña a danzar con la vida, agradeciendo cada instante de luz que ilumina nuestro sendero. Que su recuerdo sea un faro de esperanza que nos guíe en los momentos de oscuridad, recordándonos que la paz reside en el amor que sembramos y en la gratitud que cultivamos. Sigamos adelante con valentía y fe, confiando en que el amor eterno de Luis Orlando Briceño Soto nos acompaña en cada paso que damos.
Publicado en el archivo
12 de mayo de 2024