En el vuelo eterno de la vida, recordemos a Luis Orlando con gratitud y amor. Que su coraje inspire nuestra resiliencia, sus sonrisas alimenten nuestra esperanza y su paz interior nos guíe en tiempos de tribulación. En cada amanecer, encontremos fuerza en los recuerdos compartidos y en la certeza de que su legado perdura en cada corazón que tocó. Sigamos adelante con valentía, abrazando el presente con renovadas energías y apreciando la belleza de cada instante. Que la luz que Luis Orlando dejó en el mundo nos recuerde siempre la importancia de vivir con pasión y compasión.
Publicado en el archivo
21 de septiembre de 2019