En memoria de Linda Armer, recordemos que la vida está tejida con hilos de amor y gratitud, cada momento nos desafía a abrazar la resiliencia y el coraje, a encontrar paz en la adversidad y luz en la oscuridad. Que su legado nos inspire a cultivar la esperanza en nuestros corazones, a valorar cada amanecer como un regalo precioso, y a abrazar con ternura la belleza efímera de la existencia. En cada susurro del viento y en cada rayo de sol, encontremos fuerza para seguir adelante con fe y optimismo, llevando su espíritu eternamente en nuestras almas.
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4 de febrero de 2020